Me declaro pintora por la importancia del color en mis obras, aunque no siempre trabajo la pintura. El uso del color no es solo emocional: obedece un código interno del que a veces ni siquiera me doy cuenta. Trabajo series pictóricas, obras de gran y pequeño formato, piezas sueltas, composiciones y polípticos en los que construyo un relato visual a través de la línea del montaje.

Abordo en mis proyectos temas de la consciencia y de la experiencia directa del entorno, nuestra actitud e interacción con él, la dicotomía urbe-natura.

Trabajo espacios o paisajes no convencionales que escapan de la tradición y de la intención de mimetizar. Son limítrofes a la abstracción o deconstruidos o visionados  de manera insólita.

Reivindicando la dimensión pictórica de la fotografía, utilizo la imagen fotográfica como registro compositivo o como referencia a la realidad dentro de un espacio subjetivo de una pieza de arte.

Me motiva la tendencia del arte actual de buscar orígenes y fuentes de inspiración en las artes populares, artesanía, arte textil, bordado y etc. A través de los proyectos de arte textil iniciados recientemente (estoy siempre en proceso de aprendizaje) busco esta conexión más profunda con mis raíces,  mi identidad, lo cual a su vez me lleva a entender mejor mi relación con los objetos y entornos.

En mis trabajos busco reflejar esta sensación abrumadora del momento presente, su fugaz estabilidad. Investigo el tema de la conciencia, social, humana, universal, que, junto al subconsciente, determina la forma en la que vemos, vivimos y experimentamos las cosas. Mi obra es reflexiva e indagadora que trasciende desde lo superficial, lo llamativo y puramente visual hacía la fragilidad y la dulzura de lo invisible.